España se quiere, se quiere demasiado.
Derroche de nuevos ricos, miseria de antiguos pobres. El españolito vive en la inopia, rodeado de un mundillo lúdico-festivo. No observa, no reflexiona, asiente a todo, de nada duda. Se siente feliz, porque logra aguantar vacilante sobre la tensa cuerda del fin de mes. Hipoteca toda su vida, con tal de materializarla hasta niveles absurdos. Se levanta, trabaja, se acuesta. Se levanta, trabaja, se acuesta. De vez en cuando sale, se divierte, se acuesta y vuelta a empezar.
El español se siente orgulloso de ser diferente...banderitas rojigualdas de patriotismo apolillado , fútbol y mundillo rosa remojados en alcohol de bareto ibérico. Tonos de móvil, ligues de verano, sol, playa y olé.
Facturas, letras...deudas. Insomnio y paseo por el bulevar. Es el coste de estar al nivel de Europa, el precio de querer y no poder. El lastre de largos años de ignorancia, de orgullo estúpido de ser algo que no se es.
Derroche de nuevos ricos, miseria de antiguos pobres. El españolito vive en la inopia, rodeado de un mundillo lúdico-festivo. No observa, no reflexiona, asiente a todo, de nada duda. Se siente feliz, porque logra aguantar vacilante sobre la tensa cuerda del fin de mes. Hipoteca toda su vida, con tal de materializarla hasta niveles absurdos. Se levanta, trabaja, se acuesta. Se levanta, trabaja, se acuesta. De vez en cuando sale, se divierte, se acuesta y vuelta a empezar.
El español se siente orgulloso de ser diferente...banderitas rojigualdas de patriotismo apolillado , fútbol y mundillo rosa remojados en alcohol de bareto ibérico. Tonos de móvil, ligues de verano, sol, playa y olé.
Facturas, letras...deudas. Insomnio y paseo por el bulevar. Es el coste de estar al nivel de Europa, el precio de querer y no poder. El lastre de largos años de ignorancia, de orgullo estúpido de ser algo que no se es.
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